jueves, 3 de enero de 2013

Salud y Alimentación


Temas de estrategias y recursos
El año 2013 inicia con la mirada internacional enfocada en el estado de la agricultura y la alimentación en el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ya tiene en agenda discusiones y decisiones que producirán cambios de políticas, estrategias y acciones en los gobiernos de más de 100 países, lo que afectará a la mayor parte de la población del planeta.
El caso de Venezuela es particularmente importante, no solo porque tenemos el pellejo comprometido con el destino de esta tierra, sino porque al tiempo de revisarse la producción de alimentos y el estado de la alimentación de la población; se sienten cada vez más los cambios en el mercado internacional de petróleo y energía, lo que amenaza fuertemente el estatus del país mono-productor, al punto que muchos analistas anuncian una Venezuela post-petrolera.
Revisando la situación venezolana, en términos del desafío que debemos enfrentar, nos encontramos con un país en una situación crítica. Enumeramos, 1) importamos más del 70% de los alimentos que consumimos; 2) tenemos un aparato productivo desmotivado y en retroceso; 3) la inversión de capital privado para producir alimentos, no haya un ambiente favorable, por altos riesgos personales, materiales y jurídicos; 4) el capital público está muy lejos de convertirse en inversión y reforzar las condiciones productivas, cuantiosas cantidades de dinero son derrochados en clientelismo; 5) para la mayor parte de la población, es común la idea de que los alimentos provienen de los supermercados y las charcuterías, el término campesino es peyorativo y aunque la clase media tiene raíces rurales y buena parte de ella poseen tierras en el interior, la mayoría vive ahora en las ciudades y no tienen el tiempo, la disposición, los conocimientos, ni los recursos económicos para aprovechar lo que fueron las haciendas de café, caña,  ganado y que hoy están en estado de abandono, sub explotadas con graves problemas ambientales de sostenibilidad.
La realidad del campo venezolano es compleja. La ubicación geográfica de nuestro país presenta un desafío tecnológico para enfrentar los factores climáticos. No es casualidad que al menos 14 países africanos, ubicados en la misma franja climática, presentan grandes problemas económicos. Estos países actualmente, incluyendo Haití, requieren de la intervención internacional para cubrir sus necesidades alimenticias y sus pobladores enfrentan el drama de la pobreza. Cabe destacar a manera de ejemplo, el caso de Guinea Ecuatorial, la cual padece los mismos  dramas económicos aún contando con petróleo. Se recomienda consultar los informes de desarrollo humano del PNUD.
Producir económicamente alimentos en nuestras condiciones es posible, siempre y cuando se cuente con: tecnologías apropiadas; capital humano capaz de resolver asuntos de naturaleza técnica; políticas gubernamentales que permitan un ambiente favorable a las inversiones; condiciones de negocios claras y transparentes; regulación de productos y estándares de calidad, y; enfrentar los problemas de ahorro e inversión de los productores menos favorecidos.
Adicionalmente hay otro aspecto importante de esta realidad, ninguna generación de criollos ha tenido que enfrentar semejante desafío, ni parecido. Durante el último siglo, el país ha venido comprometiendo su economía con los ingresos petroleros y actualmente es más dependiente que nunca de dichos ingresos. Al revisar las medidas poco sinceras para “sembrar el petróleo” durante la etapa democrática, en términos de producción de alimentos no recordamos sino el fracaso de superponer los intereses políticos sobre las razones técnicas. Desde la sustitución de importaciones hasta los gallineros verticales, encontraremos una camándula de desaciertos, que debemos revisar para que no volvamos a cometer los mismos errores.
Este año 2013 será el principio de una etapa de cambios que no tendremos más remedio que afrontar. No nos equivoquemos pensando en que es a nivel gubernamental, estamos acostumbrados a esperar el decreto o la ley que “resuelva” la situación. Nos referimos a que el cambio afectará el ámbito más cercano, la propia economía familiar, por lo que debemos iniciar de inmediato una estrategia que permita administrar mejor nuestros recursos familiares y lograr una alimentación sana en tiempos de secases.



Desde la Genocultura impulsamos un estilo de consumo personalizado adaptado al estilo de vida. En principio diseñamos capacitación para transferir conocimientos para ajustar hábitos y costumbres como un aporte al bienestar, el control de peso y reducir los riesgos a la salud. Hoy sin embargo, a la luz de los desafíos planteados nos proponemos complementar la capacitación con contenidos y recomendaciones que vayan más allá y alcancen estrategias integrales, con aditivos económicos y la administración de los recursos alimenticios.
Para mayor información de los talleres, seminarios y chalas contactar por los teléfonos 0424-540.41.95 o 0414-514.81.05; genoculturismo@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario