viernes, 11 de enero de 2013

Tras alcanzar el botín.




Esos depósitos de grasa que no desaparecen.

El cuerpo humano posee tejidos especializados en almacenar grasa. Todo el exceso de alimento que consumimos va a parar en estos depósitos de manera regular, pero si estás sometido a estrés de cualquier naturaleza, estos tejidos son alentados a hacer lo que mejor hacen, almacenar.

Muy a menudo nos ejercitamos por nuestra cuenta y como es habitual lo hacemos dentro de nuestra zona de confort. De esta manera, pocas, pero muy pocas veces se tienen objetivos claros de lo que se quiere obtener con el ejercicio.

De manera regular y errónea se acude al ejercicio como un correctivo a alguna anomalía, bien sea la apariencia de gordura, el aumento de peso, valores alterados de la química sanguínea, etc. Bien, hoy nos diferenciaremos completamente de esta idea. La idea del ejercicio como medicina.

En la Genocultura, se entiende el trabajo, a la capacidad del cuerpo para moverse y cubrir sus necesidades, la capacidad de trabajo es lo que marca la pauta de la alimentación. Esta capacidad de trabajo viene dada por el metabolismo basal y cada una de las actividades que realizamos a diario (actividades ligeras, modera o intensas) Así, si requieres hacer mucho trabajo, deberás comer mucho y si requieres hacer poco trabajo, deberás comer en consecuencia.

Esta idea establece claramente lo que significa engordar: comer mas de lo que necesitas para hacer tu trabajo.

Ahora, el caso común es que estamos gordos. Nuestra recomendación inicial y primaria es reducir el consumo de acuerdo a lo que trabajas y que incorpores mayor calidad a tu alimentación, de esta manera tu cuerpo se construirá en términos de musculatura y evitarás el almacenamiento. Poco a poco, el metabolismo mejorará e irás perdiendo esa grasa que te incomoda porque te hace lucir descuidado y poco saludable; te hace sentir torpe físicamente y acalorado en todo momento. Esa misma grasa va “descomponiendo tu cuerpo” generando alteraciones metabólicas, hormonales y químicas, al punto de enfermarte.

Nuestra segunda recomendación es que una vez logrado el primer paso, esa nueva sensación de bienestar te permita realizar mayor y mejor trabajo. En este punto todo es alegría, pues con tu mayor carga de trabajo puedes alimentarte como el que más, recuerdas tu época de adolescente cuando comías lo que querías sin consecuencias en el peso.

Ahora bien. Como somos tan críticos, muy probablemente encontremos aún rastros de grasa que no admitimos… Muy bien. Vamos por ellos.

Alcanzar ese botín y terminar de moldear esa figura que quieres requiere de una gran determinación. 

Debemos llevar a nuestro cuerpo fuera del área de confort, debemos entrenarnos con ese propósito.

Ahora que en el hemisferio norte estamos en invierno, muy buena es la ocasión para permitirnos ese crecimiento (el cuerpo crece cuando conquista nuevas habilidades). En esta fase de adaptación, en el trópico que habitamos, deberíamos aumentar el trabajo, para compensar la ingesta de alimentos a la que nos hemos acostumbrado. Bien, de eso se trata de aumentar el trabajo, pero no de la manera habitual, con tu rutina de costumbre.
Te proponemos Sábados de Intensa Actividad Física, indispensable al aire libre que tu cuerpo interactúe con los elementos del clima. De lo que se trata es de exigir al cuerpo el rendimiento del 130%.
Debes considerar que cuando te sientas agotado en tu rutina, solo has llegado, cuando mucho al 80% de lo que puedes dar.

Además debes cuidar mantenerte hidratado, consumir suficientes carbohidratos antes de la actividad física, consumir bocadillos durante la actividad y procurar un excelente descanso luego de la misma.

Conseguirás Consejos Claves en nuestra cuenta @genocultura.

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