El cuerpo humano posee tejidos especializados en almacenar
grasa. Todo el exceso de alimento que consumimos va a parar en estos depósitos
de manera regular, pero si estás sometido a estrés de cualquier naturaleza,
estos tejidos son alentados a hacer lo que mejor hacen, almacenar.
Muy a menudo nos ejercitamos por
nuestra cuenta y como es habitual lo hacemos dentro de nuestra zona de confort.
De esta manera, pocas, pero muy pocas veces se tienen objetivos claros de lo
que se quiere obtener con el ejercicio.
De manera regular y errónea se
acude al ejercicio como un correctivo a alguna anomalía, bien sea la apariencia
de gordura, el aumento de peso, valores alterados de la química sanguínea, etc.
Bien, hoy nos diferenciaremos completamente de esta idea. La idea del ejercicio
como medicina.
En la Genocultura, se entiende el
trabajo, a la capacidad del cuerpo para moverse y cubrir sus necesidades, la
capacidad de trabajo es lo que marca la pauta de la alimentación. Esta
capacidad de trabajo viene dada por el metabolismo basal y cada una de las
actividades que realizamos a diario (actividades ligeras, modera o intensas)
Así, si requieres hacer mucho trabajo, deberás comer mucho y si requieres hacer
poco trabajo, deberás comer en consecuencia.
Esta idea establece claramente lo
que significa engordar: comer mas de lo que necesitas para hacer tu trabajo.
Ahora, el caso común es que
estamos gordos. Nuestra recomendación inicial y primaria es reducir el consumo
de acuerdo a lo que trabajas y que incorpores mayor calidad a tu alimentación,
de esta manera tu cuerpo se construirá en términos de musculatura y evitarás el
almacenamiento. Poco a poco, el metabolismo mejorará e irás perdiendo esa grasa
que te incomoda porque te hace lucir descuidado y poco saludable; te hace
sentir torpe físicamente y acalorado en todo momento. Esa misma grasa va “descomponiendo
tu cuerpo” generando alteraciones metabólicas, hormonales y químicas, al punto
de enfermarte.
Nuestra segunda recomendación es
que una vez logrado el primer paso, esa nueva sensación de bienestar te permita
realizar mayor y mejor trabajo. En este punto todo es alegría, pues con tu
mayor carga de trabajo puedes alimentarte como el que más, recuerdas tu época
de adolescente cuando comías lo que querías sin consecuencias en el peso.
Ahora bien. Como somos tan
críticos, muy probablemente encontremos aún rastros de grasa que no admitimos…
Muy bien. Vamos por ellos.
Alcanzar ese botín y terminar de
moldear esa figura que quieres requiere de una gran determinación.
Debemos llevar
a nuestro cuerpo fuera del área de confort, debemos entrenarnos con ese
propósito.
Ahora que en el hemisferio norte
estamos en invierno, muy buena es la ocasión para permitirnos ese crecimiento
(el cuerpo crece cuando conquista nuevas habilidades). En esta fase de
adaptación, en el trópico que habitamos, deberíamos aumentar el trabajo, para
compensar la ingesta de alimentos a la que nos hemos acostumbrado. Bien, de eso
se trata de aumentar el trabajo, pero no de la manera habitual, con tu rutina
de costumbre.
Te proponemos Sábados de Intensa
Actividad Física, indispensable al aire libre que tu cuerpo interactúe con los
elementos del clima. De lo que se trata es de exigir al cuerpo el rendimiento
del 130%.
Debes considerar que cuando te
sientas agotado en tu rutina, solo has llegado, cuando mucho al 80% de lo que
puedes dar.
Además debes cuidar mantenerte
hidratado, consumir suficientes carbohidratos antes de la actividad física,
consumir bocadillos durante la actividad y procurar un excelente descanso luego
de la misma.
Conseguirás Consejos Claves en
nuestra cuenta @genocultura.
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